miércoles, 23 de octubre de 2013

El Tren del Aceite. Día 2: Zuheros - Puente Genil

Realizada el 06/09/13

Mikado 141-2001 en la estación de Cabra

El recorrido de la ruta, de 55 km, es este




y el perfil de la misma


Los puntos naranjas equivalen a viaductos

Segundo y último día de viaje siguiendo el camino del Tren del Aceite. En esta jornada rodaremos por la Vía Verde de la Subbética hasta su final pasado las Navas del Selpillar, aunque se puede seguir el itinerario por el que iba el tren hasta Puente Genil. Curiosamente este último tramo no está considerado como Vía Verde, sino como Camino Natural.

Vía Verde de la Subbética a su paso por Zuheros

La mañana es fresca cuando salimos de Zuheros, porque el Sol no sobrepasa la cordillera todavía. Descendemos rápidamente la falda de las Subbéticas por la Cp-85 hasta el punto donde nos separamos ayer de la Vía Verde, la caseta de guarda y reemprendemos el camino.

Apeadero de Zuheros

Antes de dar definitivamente la espalda a Zuheros pasamos frente a su apeadero y a continuación, por el viaducto que veíamos ayer desde el mirador de la Villa.


Viaducto de Zuheros

Pese a no mantener las traviesas de madera, sigue siendo especial cruzar los 104 metros de esta estructura metálica sobre el Bailón.

Y ahora sí nos damos cuenta de que el terreno vuelve a picar hacia arriba. Son cuatro los kilómetros (1,4% de media) que quedan por delante hasta llegar a la siguiente estación de la vía, siempre con las sierras a nuestra izquierda y olivares hasta donde alcanza la vista.



Un puente utilizado por la Cv-241 marca el final de la subida, a escasos metros de la estación de Doña Mencía, en las afueras del pueblo, también reconvertida en restaurante.


Estación de Doña Mencía

Por delante, ahora, algo más de 5,5 km de terreno en el que la cota no varía prácticamente, aunque existen algunos desniveles pero nada significativos. 


Caseta de guarda reconvertida en centro de información cicloturística (Doña Mencía)


En algunos momentos las Subbéticas se retiran un poco de la vía, abriéndose la panorámica y teniendo entonces la sensación real de estar pedaleando por un camino que se encuentra a algo más de 600 metros de cota.


Parque Natural de las Sierras Subbéticas

Donde sí se nota un cambio en la pendiente es a la llegada del túnel del Plantío (sin iluminación y de 139 metros de longitud). Desde este punto la tendencia general de la Vía Verde va a ser siempre a en descenso, lo que hará algo más cómodos, si cabe, los kilómetros que quedan.


Túnel del Plantío (Cabra)

Hacemos la ligera curva a la izquierda del túnel y al salir de él, las montañas están algo más alejadas, aunque seguimos rodeando el contorno del Parque Natural.




Nos acercamos al arroyo del Fresno, cuyo desnivel se salvó en su momento con el viaducto de la Sima, de 132 metros y que tampoco conserva las traviesas de madera.


Viaducto de la Sima (Cabra)

La vía ahora corta literalmente la montaña. Comienza un bonito tramo donde está encañonada, con el ancho casi justo para que un convoy pudiera circular por la brecha abierta.



A poco más de un kilómetro otro arroyo, el de la Rata, y una carretera son salvados por el viaducto de Los Diente de la Vieja (25 metros).


Viaducto de los Dientes de la Vieja (Cabra)

Metros más adelante será la misma carretera (C-327) la que pase por encima de nosotros y un tercer encuentro, que se cruza a nivel y donde existe una caseta de guarda, nos separará definitivamente de ella.


Caseta de guarda (Cabra)

Otra vez la vía se encañona antes de poder ver, desde arriba, el casco urbano de Cabra. No tener que dar pedales facilita concentrarse en las vistas, pero tampoco demasiado porque hay trasiego de personas y bicicletas.


Cabra

En la bajada al pueblo el camino cruza un par de puentes antes de llegar a la espléndida estación. Recuperada y restaurada plenamente, sería casi un delito no detenerse con toda la tranquilidad del mundo por la cantidad de elementos que ofrece.


Estación de Cabra (Cabra)



Depósitos de agua de la estación de Cabra

Pero sin duda alguna lo que más destaca son las dos locomotoras paradas en el andén. La primera, que tiene enganchado un vagón, en una locomotora o tractor de maniobras s/301-003, también conocidas como Memés o Pegasines (por el motor Pegaso que monta).


Memé s/301-003 de la estación de Cabra

La segunda es mucho más llamativa: la enorme y negra Mikado 141-2001 de principios del siglo XX.


Mikado 141-2001 en la estación de Cabra


Por si esto fuera poco en el edificio de la estación se encuentra el Centro de Interpretación del Tren del Aceite, que ofrece la posibilidad de descubrir más sobre esta infraestructura ferroviaria.



Al poco de salir de Cabra la pendiente deja de ser favorable. Es la única vez que se romperá esa tendencia, pero hasta que no crucemos el último viaducto de la ruta, no volveremos a notar más ligeras las bicicletas.


Caseta de guarda (Cabra)

Antes de eso, hay dos casetas más de guarda: la primera en el cruce con la Cp-52 (que coincide con la colada del camino de Gaena) a la que se le ha hecho un añadido y la segunda, dentro de una propiedad privada, antes de la intersección con la vereda del Castellar.

Caseta de guarda (Cabra)

Y ahora sí. Nos acercamos al último viaducto de la Vía Verde, el del Alamedal (70 metros), que evita el arroyo de la Losilla.



Esto casi marca el fin del terreno ascendente que, en concreto, ocurre entre entre el viaducto y una recuperada caseta de guarda a casi 1 km. Esta propiedad cuenta en su jardín con señales, postes... en homenaje a los ferroviarios de esta vía.


Caseta de guarda (Lucena)


Aun comentando lo curioso de las señales del jardín, nos topamos con la visión de los tejados pertenecientes a Lucena. En concreto la población se ve detrás de las naves industriales del polígono industrial de La Viñuela.


Lucena

Se rodea todo este polígono hasta cruzar la A-331, continuando con las naves del polígono industrial Vereda de Castro, mucho menos extenso y que, por fin nos permite tener una visión más clara, aunque lejana, del pueblo cordobés.



No nos centramos demasiado en la población, porque enseguida divisamos la marquesina de la estación. El ancho que va adoptando poco a poco el camino nos hace pensar que en esta parte debía haber más de una vía.


Cruce de trenes en Lucena, mayo 1966
(Fotografía de James M. Jarvis en spanishrailway)

Ya en la zona de la estación, con los edificios que componen el conjunto restaurados, paramos un ratito a escudriñar.


Estación de Lucena

Almacén de la estación de Lucena

Almacén de la estación de Lucena

Partimos de la estación y gracias a un puente evitamos la A-340 por el camino original que hacía el tren. Al otro lado, de nuevo, un polígono industrial: el de Los Santos. Las naves quedan ahora a nuestra derecha flanqueando el paso de la vía.




En el cruce con la Co-763, al final de Los Santos, permanece pie otra caseta de guarda, ya de por sí curiosa, pero más nos llamó la atención que nada más pasar el asfalto y volver a la tierra, existen restos de los raíles del Tren del Aceite.



En los siguientes 5 km desaparecen las construcciones de ladrillo y todo lo que se ve son olivares que llegan al borde mismo del blanquecino camino. Hacía mucho que no los teníamos tan cerca... y algunas vides dejan verse también.



El asfalto de la Co-763 vuelve a encontrarse con la vía, justo antes de que empecemos a trazar una amplia curva que nos deja en la última estación de la Vía Verde: la de Moriles-Horcajo que acabó siendo la de Navas de Selpillar.


Estación de Moriles-Horcajo (Navas del Selpillar, Lucena)

Depósitos de la estación de Moriles-Horcajo (Navas del Selpillar)

La estación de esta pedanía lucentina se encuentra totalmente restaurada y acondicionada pues acoge el Centro Enogastronómico Olivino, y en el exterior cuenta con una exposición sobre el olivar.


Caseta de guarda (Navas del Selpillar, Lucena)

Enfilamos el último tramo considerado como Vía Verde, atendiendo a los hitos kilométricos, ya que el 112 marcará el fin de la Subbética.



No conseguimos ver ese último hito, pero se intuye perfectamente donde acaba la Vía Verde: en un cruce de caminos donde existe un panel informativo igual al que nos encontramos al principio de la misma, nada más cruzar el viaducto del Río Guadajoz.



Lo que empieza al otro lado de la carretera, aunque sea el antiguo recorrido del tren, es el Camino Natural "Vía Verde del Aceite" y está totalmente acondicionado en sus casi 8 km.


Pasarela sobre la A-340

Aparte del trazado del Tren del Aceite, se "conserva" una caseta de guarda en la parte derecha del camino, casi terminando el recorrido marcado.


Caseta de guarda (Puente Genil)

Al llegar a la carretera Co-764 otro panel informativo anuncia el final del Camino Natural, pegado al recinto vallado de la abandonada estación de Campo Real.


Estación de Campo Real (Puente Genil)

Desde lejos se puede ver la catenaria de la actual línea de tren que llega hasta Puente Genil y que en su momento era utilizada por nuestro ferrocarril para terminar su recorrido.


La cuadrada silueta del castillo Anzur (Puente Genil)

Y hablando de terminar el recorrido, el nuestro no ha terminado todavía ya que hemos de llegar a Puente Genil. Los poco más de 3 km que faltan ya no están acondicionados ni señalizados, pero es fácil saber hacia donde tirar: sólo hay que seguir las vías del tren.



Lo único es que los últimos 2 km antes de llegar al pueblo se hacen por la A-340, compartida con algo de tráfico. Habiendo pasado sobre el canal Genil-Cabra se llega a una rotonda que abandonamos por la tercera salida (C/ Dr. Moyano Cruz) para terminar frente a la estación de Puente Genil, ahora sí, última parada del Tren del Aceite.


Estación de Puente Genil



INFORMACIÓN ADICIONAL

Nosotros empezamos la Vía Verde en Jaén, dejando aparcado allí el coche. La vuelta desde Puente Genil, obviamente, se puede realizar deshaciendo el camino, pero no era nuestra opción.

No existe la posibilidad de ir desde Puente Genil a Jaén sólo en tren, ya que los trenes que circulan desde Puente Genil hasta Córdoba no admiten bicicletas (desde Córdoba a Jaén hay opción), de modo que queda la alternativa del autobús para llegar a Córdoba.

Antes de salir de Valencia llamamos a la empresa Carrera donde nos dijeron que se podrían llevar las dos bicicletas (sin coste adicional) porque, siendo en sábado el viaje, no habría problema de espacio en el maletero por los equipajes. ¿Y el resto de días?

Al llegar el autobús, el chófer abrió el maletero y nos dijo que las colocásemos como quisiéramos (nada de quitar ruedas, girar manillares, cubrirlas...). Y eso hicimos.

Ya en Córdoba la estación de autobuses está frente a la de tren, nada de callejear. Compramos en ventanilla los billetes para ir hasta Jaén y, ¡sorpresa! Cuando pasó el revisor nos dijo que las bicicletas tenían que pagar 3€ cada una al ser la distancia del viaje superior a 100 km. Lo curioso es que, cuando compramos los nuestros, no nos dijeron nada al respecto pese a insistir en que los billetes debían ser para un tren en el que se pudieran llevar las dos bicicletas.


Como siempre en RENFE, las cosas claras con las bicicletas.


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Para descargar el track, este es el enlace.
Folleto de la Vía Verde de la Subbética (abrir).

Y por último un vídeo sobre la Vía Verde de la Subbética: