domingo, 27 de febrero de 2022

Defensas de la Ribera Alta

 27/02/2022


Al mal tiempo, buena cara; tampoco es que fuese un tiempo horrible para salir a hacer la ruta, pero con un poco más de temperatura, hubiese sido de 10.
Trazado con todos los firmes imaginables. Carretera, caminos, pistas, trialeras y carril bici... hay de todo, por lo que MTB, gravel o híbrida; montura polivalente, alforja/bolsa y hacia la comarca de la Ribera Alta con la idea de unir algunas de sus edificaciones defensivas (o lo que quede de ellas) y darle un poco de valor añadido a este trazado circular.


Salida de Valencia por el conocido carril bici de Sant Isidre hasta Picanya, donde lo dejamos para empezar a subir por el camí de la Pedrera y cruzar el canal del Júcar-Turia (que luego seguiremos para volver a la ciudad).
El camino de la Canyada Gran enlaza con el del Molló Rodat, en total unos 8 km de terreno que siempre pica hacia arriba, de manera más o menos constante, cosa que iba a cambiar al llegar a la altura de la urbanización Mare de Déu de Montserrat.


La idea era llegar (y cruzar) a la carretera CV-415, pasando por esta urbanización, pero tras unos intentos encontrándonos cortados los caminos, acabamos llegando al cruce por el arcén de esta carretera. Poco tiempo en ella, la verdad.
Pasamos sobre el canal del embalse de la Forata y, bordeamos una cadena que nos separaba del camí de Làcova y, tras medio confirmar con un hombre que estaba por allí, que por ese camino se podría llegar a Montserrat... allá que seguimos.


Llámalo camino... pero mejor llámalo senda. Despacito y buena letra, tanto para arriba como para abajo...
Llegamos a la colonia Baixauli, pasamos por el pozo de Los Claveles y atravesamos la urbanización Els Alts de Venta Cabrera para evitar la CV-405, una pequeña senda para salir de ella y por el camí de la Canyadeta de l'Arròs, ya pudimos ver la el coll del Portell. Sólo había que dirigirse hacia allí, subir el último repecho y contemplar los restos del castillo de Monserrat.


Con cuidado con la bajada y salimos de Montserrat por el camino de la Murta, cruzando el barranco del mismo nombre y rodeando una enorme cantera, pero antes de  antes de meternos por el camí de les Canyades, se podía ver claramente la torre de Montroy sobre el Puntal del Castell, otra fortificación que formaba parte del segundo anillo defensivo de Valencia.


Terminamos en la orilla izquierda del río Magro, habiendo dejado atrás el castillo dels Alcalans o más bien el desvío, porque no llegamos al castillo (ya hay excusa para volver). Seguramente porque ya estábamos pensando más en parar a comer algo que en otra cosa... y en esas seguimos al pasar frente la torre Alèdua, cerquita de Llombai.
Acabamos parando en Catadau, donde estaban de inicio de las fallas, con todo el mundo en la calle: menuda animación. Café (medio) rápido) y a seguir dando pedales en dirección a Alfarp, donde teníamos su restaurado castillo como punto de parada... y tanto que lo fue, porque hasta pudimos entrar a verlo.


Por el cauce del Magro continuamos la ruta, ya con los deberes casi hechos (faltaba solo una torre) para encontrarnos con el canal del Júcar Turia, en concreto con el acueducto nº7, situado aguas abajo de una especie de presa en el río.


¿La vuelta a Valencia? Tranquila. Rodando siempre con el canal a nuestra izquierda o derecha, pudiendo ver a lo lejos, frente a la cárcel de Picassent, la silueta de torre Espioca (la que nos faltaba).
destacar que a la salida de Picassent nos encontramos en un camino sin salida y tuvimos que pasar las bicis por las biondas... la alternativa no es otra que, al llevar a la CV-4153, subir a la siguiente rotonda y tomar la segunda salida.
Quitado eso, el enlace con el carril bici de Torrent que nos llevaba a casa fue tranquilo y prácticamente en llano (cosa que se agradecía a estas alturas).

Resumiendo. Ruta entretenida para pasar el día disfrutando de nuestro patrimonio.


*********************
El track de la ruta lo puedes descargar aquí: enlace.

domingo, 2 de diciembre de 2018

Alcossebre - Peñíscola. De relax por la Sierra de Irta


Si piensas en costa mediterránea, será difícil que no la veas en tu mente salpicada de edificaciones (hoteles, urbanizaciones, etc...); pero igual que en los cómics de 'Astérix, el Galo', hay un reducto de sierra litoral que todavía hoy resiste al ladrillo.
Nos vamos a pedalear por el Parque Natural de la Sierra de Irta.
Protegida desde el 16 de julio de 2002, estas dos alineaciones montañosas paralelas a la costa y separadas por el valle de Estopet, ofrece un amplia red de pistas, caminos y senderos para disfrutar de la vegetación mediterránea, su amplio patrimonio (castillos, torres vigía, ermitas, etc.), fauna... Casi cualquier camino que elijas, tendrá 'premio'.



La ruta de hoy une la cala Blanca de Alcossebre con Peñíscola, uno de tantos itinerarios posibles, empezando a rodar por el ancho camino de Ribamar. Camino pensado para que puedan circular vehículos, por lo que recomendamos ir fuera de periodos vacacionales para poder disfrutar de la sierra en su máximo esplendor.
Terreno fácil (recomendable ir con una bici de montaña), algo pedregoso por momentos, hasta llegar al pla de Roda, donde está la casa de los Protestantes. El camino se bifurca y, aunque también vamos hacia la línea de costa, no giramos a la derecha. Ya irá girando el camino.



El barranco de la Fuente de la Parra hace de límite entre los términos municipales de Alcalà de Xivert y Peñíscola, y el nombre del camino también cambia (ahora vamos por el del Pebret). Lo que no varía es que llegamos a la altura del mar (cala de l'Argilaga), un lugar desde donde podemos acercarnos a ver la caserna antigua de la Torre Nueva y la torre del mismo nombre, antes de empezar un tramo de subida (1,5 km) remontando el barranco de l'Escutxa y separándonos del camino del Pebret.



Y es que nuestro camino, cuando gira a la derecha para meterse entre el puntal de l'Escutxa y el tossal de Barrau, aparte de que ganamos en frondosidad, perdemos en anchura, ya que se va estrechando para convertirse en una senda en la que hay que echar mano de habilidad, no tanto en la primera parte, tirando a ascendente, pero sí en la zona de bajada, donde aparecen escalones de roca, hay piedra suelta... y la llegada al camino de la Font d'en Canes puede requerir ir andando en algún momento.
Las vistas en esta zona, andando o en bici, son una gozada.



Si se quiere evitar esta parte, la alternativa es seguir por el camino de la Caseta del Mellat, rodear por el Norte el tossal de Barrau y enlazar con el camino de la Font d'en Canes, que desciende hasta dejarnos, de una manera u otra, en el sendero de Irta o PR-V 194, al lado del restaurado edificio de la caserna del Pebret, un antiguo cuartel de carabineros destinado a controlar el contrabando de la zona.



Ya aparecía en el horizonte desde kilómetros atrás, pero su figura se va haciendo más relevante poco a poco: la Torre Badum. Enclave defensivo estratégico al que tenemos que subir por el hormigonado camino que empieza en el barranquillo de Narcís. Cuatro horquillas habremos conseguido superar esta dificultad.



Es obvio que, una vez arriba, hay que detenerse para disfrutar de esta construcción catalogada como Bien de Interés Cultural que, aun hoy, no se sabe si pertenecía al castillo de Alcalà de Xivert o a la fotaleza de Peñíscola.
Seguramente de origen árabe, la fecha de 1554 que aparece en el escudo del reino de Valencia (lado oeste), sea la de la rehabilitación, no de la construcción.


Toca bajar. Camino ancho con preciosas vistas de Peñíscola a las que se pueden dar continuidad si, cruzado el barranco del Volante, se elige ir a la cala del Port Blau pegados a la costa (por el PR-V 194).
Nosotros al llegar a ese cruce donde hay un pozo de la Comunidad de Montes (1922), no nos desviamos y tiramos por el camino del Mas del Senyor, asfaltado hacia la misma cala.



Desde esta, la única opción para llegar a Peñíscola por la playa Sur, es rodar por el asfalto del camino del Mar que va a pocos metros de la costa. Unas fotografías de la parte amurallada de la localidad y su puerto, almorzar en alguno de sus numerosos bares con terraza y de vuelta a Alcossebre por el mismo camino... o casi.



En la vuelta, la mayor dificultad la encontramos en la subida a la Torre Badum, donde podemos comparar las dos vertientes y lo que significa subir utilizando horquillas para ir salvando el desnivel o cortar por lo sano y subir el línea recta... hay que echar mano de desarrollo, ya os lo advertimos.



Ya con la torre a nuestras espaldas, no haremos la vuelta por el sendero de l'Escutxa a Alcossebre. Siguiendo la señalética hacia Cala Argilaga, el camino es más ciclable, a pocos metros del agua del Mar y prácticamente sin desniveles, lo que nos hará guardar fuerzas de cara a la última parte de la ruta, con varias cuestas nada complicadas, antes de llegar al punto donde iniciamos el recorrido por el camino de Ribamar.



**************
Para descargar el track, este es el enlace.

domingo, 18 de junio de 2017

Entre ríos. La parte alta del Algars y el Matarraña

Realizada el 23/04/17



El recorrido de la ruta, de 83 km, es este:

y el perfil de la misma



Descubrimos esta ruta en la revista Bike n.º 299 y es perfecta para realizar en un par de días: recorrido circular, dos etapas de 70 km, cerca de corrientes de agua, paso por pueblos con encanto... así que, tenía que caer.
Lo recomendable es hacer noche en Nonaspe o Beceite, dependiendo de donde se inicie el viaje y así recorrer un río cada día: el Matarraña o el Algars.
En nuestro caso, por el alojamiento, tuvimos que quedarnos en el medio, Calaceite, con la idea de hacer la parte alta de los ríos un día y, a la jornada siguiente, la baja... aunque la baja, tendrá que esperar a otra ocasión.



Decidimos empezar por remontar el Algars, lo que nos dejaría con la parte fácil de la ruta para la tarde, cuando las fuerzas menguarían seguro.
Lo primero es quitarse de encima el tramo por la N-420 y llegar a Caseres tras pasar sobre el Algars por primera vez y cambiando de provincia al hacerlo (de la de Teruel a la de Tarragona).


El río Algars a su paso por Caseres (Tarragona)

La bajada no termina hasta llegar al paseo de la Fuente, en la orilla derecha del río, donde nos encontramos el primer poste que señaliza la ruta y un manantial que data de 1912 según una inscripción en la piedra. Nuestro camino será el llamado TR01, que nos manda hacia Arnes y ya nos indica que lo tenemos a casi 25 km.


Paso de la Fuente (Caseres, Tarragona)

Una pista muy ancha, blanquecina y polvorienta será nuestra compañera durante los siguientes kilómetros. Terreno fácil para rodar aunque estemos remontando el curso de agua. Eso da tiempo para fijarse en detalles como la escultura de Horaci, l'eriçó pintor, obra que forma parte de Art al Ras o la iglesia de Santa Anna (siglo XIV-XV).


Horaci, l'eriçó pintor de Encarna Pons i Adalvert (Caseres, Tarragona)


Iglesia de Santa Anna, al fondo (Caseres, Tarragona)

La cuestión es dar pedales e ir disfrutando tanto de estas pequeñas sorpresas como del típico paisaje de ribera. Pasaremos por delante de Arens de Lledó antes de dejar la pista blanca, que termina en el asfalto de la Tv-3441. Aquí nos habremos separado un poco del río pero, tras una pequeña bajada, volveremos a su lado.



Un camino de tierra más cerrado y con más vegetación es por donde nos meten las señales, cruzando a vado el Algars por dos ocasiones (niguna de ellas con agua). La cepa de la antigua chimenea del Sulfuro del Cassol de Lledó antecede un repecho que termina en un mirador. Hay que parar. A nuestra izquierda y a lo lejos, se ven las casas de Lledó. A nuestra derecha, abajo, a nivel con el río y conservando la balsa original, el molino de Lledó.


Molino de Lledó (Lledó, Teruel)

Nos separamos algo del río para cubrir los siguientes 4 km, ascendiendo, con algún que otro pequeño repecho un poco más intenso... coincidiendo con el barranco de Vinyasses, pero cambia radicalmente al unirnos a la Vía Verde de la Terra Alta, casi casi en la frontera entre esta Vía Verde y la de Val de Zafán.


Estación de Arnes-Lledó (Horta de Sant Joan, Tarragona)

Esa línea imaginaria está en las cercanías de la estación de Lledó, pasado el impresionante viaducto del Algars, del que tendremos unas impresionantes vistas, ya que pasaremos casi por su base de camino al paraje dels Estrets (interesante subida a continuación, ojo).


Río Estrets (Arnes, Tarragona)

Agradeceremos cuando la carretera se ensancha algo y pierde pendiente con las casas de Arnes ya a la vista; pueblo que hay que atravesar de punta a punta para seguir las señales hacia el Toll del Vidre (por fin un poquito de dejarse caer) aunque no llegaremos hasta allí. El agua la encontraremos bastante antes, en la fuente Nueva.


Fuente Nueva (Arnes, Tarragona)

Y es más que recomendable recargar líquido, porque hay muchos kilómetros hasta la siguiente fuente y, por si fuera poco, empieza la parte más complicada de la ruta.
Desde que se cruza el barranquillo de la María tenemos por delante tres subidas destacables en esta parte que discurre por el Parque Natural dels Ports.



La primera se hace por asfalto y son casi 3 km (aunque hay un descansillo de 700 m) con una pendiente media del 6%, que termina en La Creu (592 m).
En ese punto se toma la pista de tierra de la derecha que desciende al riuet de les Valls, un afluente del Algars que hay que cruzar.
Más o menos, ese será el lugar donde empiece la segunda subida, coincidiendo con el cambio de provincia (de Tarragona a Teruel) pero, sobretodo, con el paso sobre el Algars. Será la última vez que coincidiremos con este río.



Otro par de kilómetros al 6% de media, entre pinos, remontando prácticamente por completo el barranco dels Juncars hasta la cabecera del barranco del Coll d'en Selma, cauce que desemboca en el río Ulldemó.
Si la bajada no fue refrescante, el agua del río lo será. Seguro. Y ver aparecer Beceite entre las sierras de Les Escales y la de L'Arca, alegra nuestras piernas: saben que habrá una parada más o menos larga coincidiendo con la mitad del recorrido.


Río Ulldemó (Beceite, Teruel)

Se cruza Beceite por completo buscando la salida por el Oeste hacia el embalse de Pena, aunque es imposible no detenerse y bajarse de la bici unos minutos cuando se llega a las inmediaciones de la ermita de Santa Ana. ¿Motivos? Aparte de la propia ermita, se cruza el puente de Piedra, desde donde se puede disfrutar del conjunto de los molinos papeleros... pero quizás o más importante es que, por primera vez, nos encontramos con el Matarraña, el segundo río por el que estamos realizando la ruta.


Ermita de Santa Ana (Beceite, Teruel)

La ermita de Santa Ana (S. XVII) se levantó en el arrabal del puente por el cantero de Beceite Francisco Bunos, fuera de las murallas de la ciudad, por lo que se cree que sería más visitada por aquellos que transitaban el camino de Peñarroya.
El puente que cruzamos es el llamado puente de Piedra (S. XV-XVI), primero que se encuentra el Matarraña desde su nacimiento; tiene un solo arco y mide 15 metros de altura.

Puente de Piedra (Beceite, Teruel)

Las aguas del río han sido ampliamente aprovechadas en este punto, llegando a mover la maquinaria de hasta nueve molinos desde que se concedió la primera licencia s. XV hasta el cierre de la última fábrica (1970). Producción de muy alta calidad que se utilizó para papel moneda, naipes de Heraclio Fournier o lienzos de renombrados pintores.

Fábrica de Taragaña (izda.) y de Miró (dcha.) (Beceite, Teruel)

Habiendo rellenado los bidones nos ponemos en marcha hacia el pantano de Pena, remontando el barranco dels Olivars por el camino de Peñarroya; el último tramo largo de subida asfaltada que queda (2,5 km al 4,5% de media).
En el embalse (1930) decidimos hacer la parada para comer, prácticamente en la misma la presa, con unas espectaculares vistas de la lámina de agua y un ambiente sumamente tranquilo.


Pantano de Pena (Beceite-Valderrobres, Teruel)

Tras un descanso más largo de lo habitual y habiendo repuesto fuerzas, encaramos el descenso en paralelo al río Pena. Primero por un tramo más encañonado y boscoso, que acabará por transformarse en una zona de ribera con un desnivel más suave que conectará con la A-1414, carretera que nos conducirá a Valderrobres.
Dentro del casco urbano tendremos que desviarnos hacia Alcañiz, pero es una buena idea entrar a la parte fortificada del pueblo por el portal de San Roque, cruzando el magnífico puente de piedra sobre el Matarraña y con la figura del castillo de Valderrobres (s. XII) en lo alto.


Entrada a Valderrobres

Hecho esto hay que volver a la Avda. Cortes de Aragón saliendo del pueblo en busca del Matarraña, cruzándolo y enlazar con el camino de Valderrobres, en el que veremos señalizada nuestra ruta con balizas de Camino Natural.
La pista de tierra ancha es muy similar a la que rodamos al inicio de la jornada, solo que en esta ocasión es descendente. Los kilómetros pasan rápido pero no tanto como para no disfrutar de Torre del Compte, punto en el que gracias a un largo puente cambiamos de orilla.


Torre del Compte (Teruel)

De nuevo volveremos a encontrarnos con la Vía Verde de la Vall de Zafán, esta vez pasando por debajo del viaducto de cuatro ojos que mantenía la cota de la vía en el cruce con el Matarraña. Por suerte para nuestras piernas, la cota sigue descendiendo mientras avanzamos hacia el tercer y último cruce con el río (pasado el desvío al yacimiento íbero de Torre Cremada), que nos dejará a los pies de la N-420.



Tal y como iniciamos el día, lo acabamos, rodando (esta vez hacia arriba) por asfalto para llegar a Calaceite y cerrar el círculo.
Nos queda pendiente para otra ocasión, la parte baja de estos dos ríos que, a buen seguro, será algo más amable en cuanto a desniveles y ofrecerá otros paisajes bien diferentes.



**************
Para descargar el track, este es el enlace

domingo, 16 de abril de 2017

Lorca - Totana (viaje por Murcia 4/4)

Realizada el 18/11/16



El recorrido de la ruta, de 27 km, es este



y el perfil de la misma



Último día de dar pedales en este viaje por la provincia de Murcia. Nos quedamos sin vacaciones, así que también disfrutaremos de esta jornada corta, pero con unas impresionantes vistas de las riberas del Guadaletín desde el Canal de la Margen Derecha del Trasvase Tajo-Segura. Antes de llegar a ellas, hay que montar todo en las bicis y abandonar Lorca por el Este (N-340a).



Por suerte, cuando ya no quedan más casas, aparece un carril bici verde que nos permite ir con un poco más de tranquilidad por esta transitada carretera. Tampoco es que tengamos que estar mucho tiempo (1 km), pero se agradece.
Sólo hasta que aparece a nuestra derecha la rampa que nos dejará a la altura del canal



Canal que empezamos a remontar y será así casi toda la ruta, por lo que hay que saber que iremos siempre sobre un terreno que irá picando hacia arriba de manera constante, pero para nada con una agotadora pendiente. Más bien parece que estemos sobre una Vía Verde que, normalmente, mantienen pendientes suaves y continuadas.



El paisaje que tendremos será también poco cambiante. El canal fluyendo a nuestra izquierda y, por nuestra derecha, cuando las elevaciones desaparecen, una impactante vista de las riberas del Guadaletín, plagadas de huertas, con la Sierra de la Almenara al fondo.



Quizás lo que más rompe esta 'monotonía' es el ir atravesando los viaductos levantados para que el canal fuese funcional. En ellos nuestro camino pasa a estar justo encima del agua y, sin duda, el más espectacular es el viaducto en curva que salva la Rambla de los Carboneros. También las mejores vistas las tendremos en este punto.




Será un poco más adelante cuando tengamos la dificultad del día, por llamarla de alguna manera. El canal discurre por un túnel que atraviesa una zona escarpada... pero nosotros debemos salvar esos 800 metros al 6% de media, por otro camino.


Nos acabaremos juntando con el cajón del canal pero el punto donde nos separaremos definitivamente de él, se acerca. Ese punto no es otro que el cruce con la RM-502, que nosotros seguiremos hacia la derecha, en dirección a Totana. Muy fácil ahora, porque la pendiente favorable hace que los 2,5 km que nos separan de la población pasen casi sin darnos cuenta.



No hay que callejear mucho por Totana para ir de punta a punta. Lo mejor para atravesarla es buscar la Rambla de Totana, que la cruza totalmente y nos da la oportunidad de parar en la Plaza de la Balsa Vieja, un lugar que antaño fue ocupado por el agua y que ahora, tras ser rehabilitado, sigue siendo uno de los puntos neurálgicos de esta población.


Plaza de la Balsa Vieja e Iglesia de Santiago (Totana, Murcia)

Poco nos queda ya de viaje. Acudir a la estación de tren que está a las afueras y esperar que llegue nuestro transporte para ir a Murcia y cerrar el círculo que empezamos tres días atrás. Con un poco más de tiempo hubiéramos elegido seguir el canal porque en Campos del Río, se cruza con la Vía verde del Noroeste. A la próxima.




**************
Para descargar el track, este es el enlace