lunes, 30 de enero de 2017

Caravaca de la Cruz - Lorca (viaje por Murcia 3/4)

Realizada el 17/11/16



El recorrido de la ruta, de 69 km, es este



y el perfil de la misma



Esta va a ser la tercera jornada de pedaleo en nuestra corta escapada por la provincia de Murcia. Si el día anterior llegábamos a Caravaca de la Cruz siguiendo la Vía Verde del Noroeste o el Camino de la Cruz, hoy volvemos a rodar por un camino señalizado: el de la Ruta del Algar.
Esta vía acerca Lorca con Mora, uniéndose allí a la variante de Levante y del Sureste del Camino de Santiago.


Cruce del camino con el río Argos (Caravaca de la Cruz)

La plaza donde se encuentra el Templete de la Vera Cruz (1801) nos vale de kilómetro cero, ya que iremos por la avenida ctra. de Granada (C-330) para salir de Caravaca de la Cruz, sin llegar a cruzar el puente de Santa Inés, que pasa sobre el río Argos, porque nos desviamos a la derecha evitando el transitado asfalto de la misma. Iremos en paralelo primero por asfalto y luego por tierra (cruce con el cortijo Las Minas), para terminar juntándonos tras un empinado repecho que acaba a la altura de unas naves industriales.



Precaución aquí porque hay que rodar por el carril que desvía al cementerio de Caravaca, situado en el centro de la carretera. Rodeándolo por la izquierda aparecerá, al otro lado de los cipreses, el camino de tierra ascendente durante otro kilómetro más, por el que continuar.



Las piernas agradecen el tramo de descenso, por pista ancha y muy cómoda, que vendrá a continuación, buscando el último tramo del barranco de Cavila antes de unirse al río Quípar. No queda muy lejos el Cortijo del Estrecho, a orillas del río que, según podemos escuchar, baja con agua mientras rodea la Sierra de las Cabras.


Cortijo del Estrecho (Caravaca de la Cruz)

Entonce el camino se encañona (notamos un brusco descenso de la temperatura) llegando al nivel del río, cruzándolo. Esta parte se conoce como el Estrecho de La Encarnación, una formación kárstica de toba calcárea que el agua ha ido moldeando con el paso de los siglos, dejando como resultado multitud de cuevas (Rey Moro, Negra...) que, no sólo tienen valor paisajístico, sino también antropológico y arqueológico.


Estrecho de la Encarnación (Caravaca de la Cruz)

Tras haber bajado al nivel del Quípar toca empezar a subir, algo que prácticamente no cambiará en los próximos 7 km. La salida del Estrecho de La Encarnación se hace llegando a una ermita a pie del camino, la ermita vieja de Nuestra Señora de los Remedios, metros antes de encontrar el desvío (por el que no iremos) que lleva a la conocida Ermita de la Encarnación y al complejo arqueológico.


Ermita vieja de Ntra. Sra. de los Remedios (Caravaca de la Cruz)

Se pasa entonces por el arrabal de La Encarnación y, luego, por esta pedanía, aunque hay que estar al tanto de no pasarse la señal del GR pintada en la pared de una casa (c/ Fco. Climent Pint) para seguir por nuestra ruta.


Ermita nueva de La Encarnación (Caravaca de la Cruz)

Serán unos dos kilómetros en línea recta, picando hacia arriba, hasta llegar al camino de tierra que nos ofrece un pequeño descanso antes de empinarse de nuevo. Vale la pena parar y mirar hacia atrás, porque las vistas desde lo alto siempre son destacables.



Acompañamos la serpenteante rambla del Catalán hasta separarnos de ella rodando por una despejada y ancha pista, que bordea el extremo occidental de la Sierra de Burete y que pasa a convertirse en el camino de Caravaca a Lorca, un tramo en el que la pendiente, pese a llegar al punto más alto de la ruta, pasa completamente desapercibida.



Venta de las Revueltas (Caravaca de la Cruz)

De hecho, con las bicis sobre el alquitrán y entrando en el término municipal de Lorca (que ya no abandonaremos), comenzamos un descenso que se convertirá en tendencia para todo lo que nos queda de jornada, haciendo mucho más llevadero el paso de los kilómetros.



No es que tuviésemos los bidones vacíos, pero al llegar a la plaza de la pedanía de Doña Inés y ver una fuente, decidimos reponer lo consumido, ya que no es que hoy pasásemos por demasiadas zonas pobladas. Nos percatamos de un pequeño bar abierto al lado de una tienda de comestibles y, aunque no era tarde... ¿por qué no parar a tomar algo más que agua?




Como media hora más tarde ya estábamos saliendo de Doña Inés por la c/ Fragua, sobre asfalto y hacia abajo. A los 2 km (distancia más que suficiente como para haberse acoplado de nuevo a la bici), nos metemos por una pista que, así de primeras, parece no tener fin, aunque empalma con el Camino de Don Gonzalo.




Con el cerro de Don Gonzalo a la izquierda y extensos campos de cultivo a la izquierda, se cruza la C-2311, antes de llegar al núcleo de Casas de Don Gonzalo (perteneciente a la pedanía de La Paca), que se ve desde varios centenares de metros cuando volvemos a rodar sobre una carretera (C-14).




Poco durará el firme gris, porque lo abandonamos (siguiendo las señales) por una nueva pista arenosa que apunta a pasar muy cerca de las Lomas del Río, aunque la sorpresa fue encontrarse de cara con El Castillico que, en medio de la nada, sus 774 metros aparentan muchos más. Nos recordó (salvando las distancias) a la de la película Encuentros en la tercera fase, donde el protagonista se obsesiona con una montaña en particular (la Torre del Diablo).


El Castillico (Lorca)

Encuentros alienígenas aparte hemos de seguir dando pedaleas... y eso es lo que hacemos, rodar por la zona de Las Yeseras los siguientes 3 km para terminar entrando a Zarcilla de Ramos. En un primer momento, este iba a ser nuestro punto para comer, pero tras la parada en Doña Inés y como llevábamos los bidones llenos, no tenía demasiado sentido detenerse.


Monumento al Sagrado Corazón de Jesús en el monte del Calar (Zarcilla de Ramos, Lorca)

Nos reencontramos con la C-14 para abandonar la pedanía. Nos encamina hacia el río Turrilla que atraviesa de Norte a Sur las Tierras Altas de Lorca. Cuando lo cruzamos se nos desvía hacia la derecha, por otro ancho camino de tierra que va rodeando la sierra Pinoso, entre los vastos campos de secano que hay a sus faldas.



Otra vez un paisaje desértico donde, si te detienes, no se escucha nada salvo el viento. Algo que va cambiando conforme llegamos a la Cañada Hermosa, tras girar a la altura de la Casa del Fraile, en lo referente al paisaje, porque cambia drásticamente una vez el camino se encajona entre los montes; sigue habiendo aprovechamiento agrícola del terreno, pero los pinos ya hacen acto de presencia.


Barranco de la Casa de Panes (Lorca)

En cuanto pasamos delante de lo que queda de la Casa de Panes, los pinos ya dejan de dominar el entorno, cediendo el protagonismo a los matorrales bajos que vuelven a acentuar la componente árida del terreno. Casi que es mejor para nosotros, ya que al estar en una zona relativamente elevada, no hay nada que nos impida distinguir, al fondo, los reflejos del agua del embalse de Puentes, a cuya presa llegaremos en pocos minutos.



Nos desviamos un poquito para ver bien la lámina de agua, pero estuvimos poco rato gracias a la llegada de una pareja que, tras abrir las puertas del coche y regalar su música a quienes estuvieran a menos de 500 metros a la redonda, empezaron con una sesión fotográfica a base de smartphones.
Volvimos a las señales del Camino y empezamos a bajar el pronunciado y accidentado desnivel... para ir con alforjas (ojo con los primeros metros).



Más adelante nos encontramos rodando por el cauce del río Guadaletín, el afluente más importante del lado derecho del Segura, que va a ser la forma de llegar a Lorca (nos queda algo más de 10 km).
No esperes encontrar agua en el lecho del río a no ser que haya llovido, porque parece que toda el agua que pueda soltarse del embalse, va al Canal de Aguas Claras. Eso quiere decir que las bicis irán, al menos por esta primera parte, por una ancha rambla seca con algunos puntos donde se han acumulado cantos rodados.


Cauce del Guadaletín (Lorca)

Antes de haber presa que detuviese el agua y el Guadaletín fuese engrosando su caudal al alimentarse de las aportaciones de ramblas como la del Orillo o la de Canales, el río fue moldeando el paisaje a su paso con cañones y meandros. Pese a esta falta de agua, en las riberas del río, existe una importante agricultura de regadío.


Cauce del Guadaletín (Lorca)

Un poco antes del núcleo poblado de Los Cautivos (perteneciente a la pedanía de Parrilla), se nota alguna intervención de acondicionamiento del camino, incluso hay una pequeña área de descanso antes de entrar a Lorca que aprovechamos tanto para cambiar de asiento como para picar algo.


Puente del Barrio o de la Alberca (Lorca)

Con el castillo de Lorca mirándonos desde lo alto del cerro de su mismo nombre, entramos a la población a la altura donde se encuentran las murallas que, en su tiempo, defendieron el asalto al mismo. La medina de la ciudad estuvo rodeada por dos kilómetros de murallas y sólo se podía acceder a ella a través de alguna de las 6 puertas existentes.


Murallas de la ciudad de Lorca (Lorca)

Una de esas puertas medievales es la conocida como Porche de San Antonio, un torreón gótico levantado sobre los restos de otro almohade (1170), a partir de la ocupación castellana (s. XIII).


Porche de San Antonio o de San Ginés (Lorca)

Este será el punto final de la etapa de hoy, entrando a Lorca por la c/ del Puente Alberca y cruzando la población casi de punta a punta en busca de nuestro alojamiento. Atravesarla de este modo nos descubrió lugares y edificios que visitar más tarde, cuando saliéramos a estirar las piernas.


Lorca

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Para descargar el track, este es el enlace

viernes, 6 de enero de 2017

Vía Verde del Noroeste (viaje por Murcia 1-2/4)

Realizada el 15/11/16



El recorrido de la ruta, de 91,5 km, es este



y el perfil de la misma



Estos fueron los dos primeros días de un viaje de cuatro por la provincia de Murcia pero, ya que se trata de una Vía Verde, para que toda la información de este antiguo trazado del ferrocarril, los condensaremos en una entrada. Como solía decirse: ¡Viajeros al tren!


Billete del Ferrobús Murcia-Mula

La línea Murcia-Caravaca de la Cruz se empezó a construir en 1925 con dinero público, cuando las empresas privadas empezaban a abandonar estos negocios por su escasa rentabilidad. Tras una variación en el trazado inicial que haría que Alguazas quedara conectada con la capital murciana, comenzaron las obras de puentes, túneles y viaductos.


Obras en la vía

Seis años después las obras finalizaron, pero no fue hasta el 28 de mayo de 1933, cuando se inauguró este modesto proyecto que fue yendo en declive a la vez que el transporte en carretera ganaba fuerza. En 1964 los trenes de viajeros pasaron de ser a vapor a automotores, aunque esta mejora no tuvo efecto en la línea que, el 15 de abril de 1971, suspendió todos los servicios entre Alguazas y Caravaca.


Desmantelamiento de la vía en 1972

La parte más occidental de la vía estuvo activa hasta principios de los 90, para uso de algún mercancías esporádico, siendo entre 1998 y 2011, cuando las traviesas y raíles se eliminaron definitivamente para dejar el camino tal y como se puede recorrer hoy.


Estación de Murcia-Zaraiche
Fuente: GoogleEarth

Para empezar correctamente el recorrido, deberíamos ir a la estación de Murcia-Zaraiche (situada actualmente en la Avda. Juan Carlos I, 1), lugar de inicio del primer convoy hacia Caravaca, pero el trazado del tren ha sido engullido por el urbanismo posterior al cierre de la línea; por este motivo no es posible seguirlo fielmente en los primeros kilómetros.


Estación de Murcia-Zaraiche el día de la inauguración (1933)
Fuente: Fuente: viaverdedelnoroeste.com

Para llegar al lugar marcado como 'Km 0', en la parte universitaria de la ciudad, optamos por valernos de los carriles bici existentes... y nuestro viaje empieza, a orillas del Segura, en la pasarela de Manterola (1997).


Pasarela de Manterola o del Malecón (Murcia)

Allí hay un gran cartel que indica que vamos a compartir trayecto con el trazado del Camino de la Cruz de Calatrava, y así será porque iremos viendo los postes de señalización a lo largo de la vía.
De modo que empezamos a remontar el Segura por la orilla izquierda, serpenteando con el río a la vez que nos vamos acomodando en las bicis.



Pasado el molino de las Rosquillas (4,5 km), nos separamos del río y del carril bici de la orilla, para, siguiendo las marcas para bicicletas pintadas en el asfalto, llegar a las afueras de la pedanía de Guadalupe de Maciascoque. Allí el carril bici gira a la izquierda y, tras rodear una zona aparcelada que espera las construcciones, volvemos a tocar las casas de la localidad... brevemente.


Avda. Reyes Católicos (Guadalupe de Maciascoque, Murcia)

A continuación seguimos las vías (del tranvía) en dirección a la zona de la Universidad de Murcia, donde empieza la Vía Verde, pero antes hay que cruzar por un puente la transitada A7 y continuar subiendo a la vez que vamos rodeando el campus universitario.
Ya de bajada, pasado el Hospital Clínico Veterinario, hay una rotonda que nos permitirá girar 180º, e ir a buscar el acceso al ISFP Claudio Galeno, porque allí se encuentra el principio de nuestra Vía Verde, también reconocible por los raíles que aun se encuentran en el suelo.



Y empezamos a subir. Según habíamos mirado el perfil de la ruta mientras preparábamos el viaje, esta vía verde deja pocos kilómetros al 'dejarse llevar', aunque la pendiente no supone un grave trastorno (salvo en la próxima jornada... pero ya llegaremos) y las trincheras, el firme, los detalles... todo es bastante familiar si ya se ha rodado antes por un antiguo trazado del ferrocarril.




Dejado atrás el primer túnel, se nos aparece por la izquierda Ribera de Molina, pedanía que contaba con la tercera estación de la línea. Si la primera está en Murcia, la segunda se encontraba en Espinardo (barrio del Norte de la capital dónde empieza la Vía Verde) pero no se conserva nada de la antigua Espinardo-Churra.


Estación de Ribera de Molina (Molina de Segura)

Los almacenes están ahora reconvertidos en un bar, dejando sin uso el edificio de la estación, caso contrario de otras estaciones como veremos más adelante.
Aquí es donde acaba uno de los pocos descensos, de camino a la ribera del Segura y afrontamos una parte llana (también inusual) atravesando Torrealta.


Caseta de Guarda (Molina de Segura)

Hay que tener precaución en los cruces con las carreteras hasta llegar a Molina de Segura (y alguno posterior), especialmente en aquel que todavía conserva la Caseta de Guarda y que facilitaba el tránsito del convoy, rozando limpiamente la zona urbana hasta llegar a la estación.


Estación de Molina de Segura (Molina de Segura)

Estación de Molina de Segura (Molina de Segura)
Fuente: spanishrailway.com - Fotografía: Fondo APG

Dejamos atrás Molina de Segura (ojo al cruce con la N-344, aunque está regulado por semáforos) por una recta de más de 1 km con firme de gravilla, que acaba doblando a la izquierda para, gracias a un puente metálico original de la época, superar el Segura.


Puente del Segura (Alguazas)

Al cruzar el cauce tenemos a la vista la silueta de Alguazas, a la que llegamos en paralelo a las vías del nuevo trazado del ferrocarril, en concreto a su estación de tren (Alguazas-Molina), cuyo conjunto de edificios ha sido reacondicionado en su mayoría y enfrente de los cuales se monta el mercado los martes.


Alguazas

La pasarela que hay frente a la estación es por dónde debemos continuar para proseguir la ruta, acabando al lado del edificio, ahora abandonado del Parque de Soldadura de Raíles.



En 2016 se firmó un convenio de colaboración para recuperar, en la medida de lo posible, el trazado original de la línea y acondicionarlo para su uso. Tras seguir las señales que atraviesan el casco urbano, terminamos cerca del campo de fútbol (c/ Marqués de Santillana) y nos unimos al ancho camino por el que discurría el ferrocarril. Las vallas, conos, etc... así como las huellas de maquinaria pesada, nos hacen pensar que este acondicionamientos esté listo en un futuro no demasiado lejano.



De repente el pedaleo se hizo tremendamente pesado. Habían regado el camino y el paso de las bicis hacía que se levantasen unas pegajosas plastas de barro arcilloso. Kilómetro y medio en el que vimos cómo el barro se acumulaba en la horquilla, vainas, pedales... barro que, en el cruce con la Mu-531, pudimos empezar a despegarlo con un par de palos.
Estando en ello, una pareja que venía haciendo la Vía Verde desde Caravaca, nos advirtió que ahora nos esperaba un tramo arado, también complicado de pedalear... y viendo cómo llevábamos nuestras bicis, decidieron continuar hacia Alguazas por asfalto.



Otros 1500 metros haciendo equilibrios con la bici, buscando metros por los que el rastrillo no hubiese pasado... y recogiendo piedrecitas en el barro que no habíamos podido quitar. De largo que fueron los 3 kilómetros más lentos y cansados de toda la Vía Verde, pero que dan muestra de que se está trabajando en el acondicionamiento del camino.



El tener la vista clavada un metro por delante de la rueda había hecho que no nos diéramos cuenta de que, hacía rato, ya no rodábamos por la huerta murciana. El paisaje era completamente distinto ahora. Viajábamos por las 'badlands': terreno árido erosionado por la falta de vegetación y las intensas lluvias.



Inmersa en este panorama se encuentra la pedanía de Los Rodeos, que cuenta con la sexta estación (en realidad era un apeadero). No están rehabilitados los edificios del conjunto, pero se mantienen los tres en pie, que también es importante.


Estación de Los Rodeos (Campos del Río)

Pasado el barranco Marín, volvemos a separarnos del camino del tren. Una barricada levantada con traviesas nos redirige hacia un paso más seguro por el que evitar el corte que provocó la construcción de la carretera Mu-531. Quizás sea un tramo que se pueda recuperar en algún momento.




Tras algunos quiebros y un breve repecho, las bicicletas vuelven a estar en la senda que recorrían los vagones, a no demasiada distancia de la siguiente estación que está prácticamente en el centro de Campos del Río y que sí ha sido rehabilitada en albergue.


Estación de Campos de Río (Campos del Río)

Aprovechamos para rellenar los bidones en la fuente de la plazoleta y continuamos el viaje, salvando una gran fábrica levantada por donde discurría el tren.

Interesante tramo el que recorreremos ahora porque, además de los paisajes creados por las 'badlands' y las estaciones, empiezan a aparecer los viaductos que salvan los grandes cortados creados por la erosión del agua de lluvia en barrancos y ramblas. En total 7 viaductos se construyeron, algo que era poco habitual para un recorrido tan corto.
La primera obra, que tiene 5 arcos, 114 metros de longitud y una altura de 26 metros, es el viaducto de la Cañada de los Ojos (sobre la rambla de Gracia).


Viaducto de la Cañada de los Ojos (Albudeite)

Viaducto de la Cañada de los Ojos (Albudeite)
Fuente: spanishrailway.com - Fotografía: Fondo APG

Y casi a continuación, poco antes de la entrada a Albudeite, el segundo viaducto de sólo dos arcos, llamado de la Rambla de Belén (95 m de longitud y casi 27 de altura).


Viaducto de la Rambla de Belén (Albudeite)

La pequeña localidad de Albudeite contaba con un apeadero en la parte alta. La reconversión del edificio en una hospedería rural mantiene el edificio en buen estado y es la puerta para continuar por la atrincherada vía.


Apeadero de Albudeite (Albudeite)

Por delante dos kilómetros de colinas blanquecinas salpicadas de arbustos hasta que, tras terminar un curvón a derechas, aparece otro viaducto para mantener la cota del camino. Se trata del viaducto del barranco del Moro o del Carrizal.


Viaducto del barranco del Moro o del Carrizal (Mula)

Esta obra de cinco arcos (134 m de longitud y 31 de altura) sostenía la línea lejos de las aguas que pudiese transportar el barranco hacia el río Mula.


Viaducto del barranco del Moro o del Carrizal (Mula)

Estamos muy cerca ya del kilómetro 34 de la antigua línea del ferrocarril, lo que significa que el apeadero de Baños de Mula debe aparecer en breve... un apeadero para facilitar la llegada de visitantes a las aguas termales que, todavía hoy, afloran en Baños de Mula. Apeadero muy cercano al cuarto viaducto de la Rambla de Perea (6 arcos, 160 m de longitud y 38 m de altura).


Apeadero de Baños de Mula (Mula)

Viaducto de la Rambla de Perea (Mula)

Viaducto de la Rambla de Perea (Mula)
Fuente: spanishrailway.com - Fotografía: Fondo APG

Dejando un poco de lado la Vía Verde y los elementos relacionados con ella, una vez estamos al otro lado del viaducto dirigiéndonos a Mula y aunque estemos un poco lejos del mismo, se distingue claramente en lo alto de un cerro, a nuestra izquierda, la silueta del castillo de Alcalá, ubicado en la pedanía de la Puebla de Mula.


Castillo de Alcalá (Puebla de Mula, Mula)

Es uno de los edificios fortificados de origen islámico más antiguos de la provincia (datado sobre el s. VIII), catalogado como BIC. Erigido para el control del antiguo enclave de Mula, fue adquiriendo importancia hasta ser relevante en el proceso de adhesión del Reino de Murcia a la Corona de Castilla en el s. XIII.


Estación de Puebla de Mula (Puebla de Mula, Mula)

Volvemos la mirada a la vía para toparnos con lo que fue en su día, la décima estación de la línea que estamos recorriendo, la de Puebla de Mula, a no llega tres kilómetros de Mula y con otro viaducto (6 arcos, 151 m de longitud y 21 m de altura) que pasa sobre el río del mismo nombre que la población.


Viaducto del río Mula (Mula)

En esta larga recta que terminará bordeando la zona urbana de Mula, siempre tendremos a nuestra derecha la imagen del Castillo de los Vélez, en lo alto de la colina donde la familia Fajardo decidió construirlo en en s. XVI, aunque hay fuentes que ya lo documentan como fortaleza árabe, en el s. XII.


Castillo de los Vélez (Mula)

Llevamos ya unas cuantas horas sobre la bici y, no nos quedarán más de un par de horas de luz... de modo que, aprovechando el paso por Mula, decidimos entrar para buscar un sitio donde merendar antes de ir hacia el alojamiento donde haremos noche.
En este punto, la C-415 ha hecho suyo el trazado de la vía, así que una señal nos desviaba hacia Mula. La seguimos, pero no encontramos las siguientes, de modo que volvimos atrás y decidimos seguir lo más fielmente el trazado de la vía (por una vía paralela a la carretera).



Más adelante eso ya no es posible y el camino se mete entre campos de cultivo. Es circunstancial y nada difícil de seguir. Intuitivamente hay que intentar ir lo más pegado a la carretera, cosa que se acaba consiguiendo porque no hay cruces que lleven a error; sólo el de la C-3315. Pasada esta, ir hacia la derecha y reencontraremos el camino del tren.


Estación de Mula (Mula)
Fuente: laopiniondemurcia.es - Foto: Francisco Montoro

Estación de Mula (Mula)

No sólo es el trazado del ferrocarril lo que ha desaparecido en este punto, también lo ha hecho la antigua estación de tren (que debía estar por la calle Colegio Anita Arnao).
Un curvón (y las señales) a izquierdas, seguido de un no menos amplio a derechas, ya nos da a entender que estamos otra vez en la Vía Verde pero, por si quedaba alguna duda, en el punto donde la vía se topa con la carretera, una caseta de guarda nos lo confirma.

Caseta de Guarda (Mula)

Aquí hay que volver a meterse por otros caminos (y cruzar la C-415) hasta regresar a nuestra pista de tierra, que sigue ganando altura a la misma velocidad que el Sol va desapareciendo. Por suerte, ya estamos muy cerca de terminar nuestro primer día de pedaleo por esta Vía Verde y recoger las fuerzas necesarias para terminarla mañana.


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Segundo día por la Vía Verde del Noroeste. Volvemos a tener buen tiempo (algo de viento en contra) y ya con las bicis preparadas y sabiendo que hoy nos encontraremos las pendientes más fuertes de la ruta, nos ponemos en marcha para retomar la Vía Verde en el mismo punto que la abandonamos ayer.
Los primeros 2 kilómetros son para ir calentando las piernas (falta hace por el fresco) y llegar al cruce con la carretera C-415a, a unos 200 metros de la pedanía mulera del Niño de Mula.
Al otro lado de la misma, su apeadero.


Apeadero del Niño de Mula (Mula)

Nosotros cruzamos la carretera directamente, pero están trabajando en un desvío que llevará el paso a la misma pedanía, haciendo menos peligroso este punto. De un modo u otro, hay que proseguir por el asfalto, encaminándonos a dos túneles.


Segundo túnel de la Vía Verde (Mula)

En el primero de ellos, tenemos que detenernos ya que el ejército estaba haciendo algunos ejercicios de adiestramiento para sus perros, cosa que nos vino bien, ya que seguramente no nos habríamos percatado de la presencia del Santuario del Niño Jesús de Balate, un templo barroco del s. XVIII cuyo interior fue rehecho en la década de los 50 del pasado siglo.


Santuario del Niño Jesús de Balate (El Niño de Mula, Mula)

Cuando nos dan permiso reemprendemos la marcha y atravesamos los túneles, que están prácticamente seguidos. No tienen iluminación, pero tampoco es necesaria por la longitud de los mismos.


Tercer túnel de la Vía Verde (Mula)

Cuando salimos de la trinchera y se abre el paisaje, podemos ver claramente por dónde serpentea el camino, remontando el curso del río Mula hacia el bonito paraje de La Luz, donde los pinos y matorrales de montaña ganan terreno a los campos de cultivo de kilómetros anteriores.



No llegan a ser ni dos kilómetros, pero en esta distancia se agolpan dos nuevos túneles y un par de grandes balsas de agua (Camarote y la Luz) que lo hacen más corto aun si cabe. En realidad no parece que estemos rodando por la seca Murcia.
El punto final a este tramo lo pone la estación de La Luz (hoy reconvertida en albergue) y el viaducto de La Luz (130 m de longitud y 23 m de altura) que gracias a sus 8 arcos en curva nos hace pasar, por segunda vez, sobre el río Mula que, aquí, recibe las aguas de la rambla de Codoñas.

Estación de La Luz (Mula)

Viaducto de La Luz (Mula)

Volvemos ahora al paisaje transformado por los campos de cultivo de secano, manteniendo la pendiente ascendente y encontrando en una cantera, ya en el término municipal de Bullas, el elemento más destacable hasta que se llega al casco urbano (7,5 km).



Aquí ocurre lo mismo que en Mula. La vía y la pequeña estación han desaparecido porque las nuevas carreteras se han adueñado del antiguo trazado, no conservando ningún vestigio de la existencia de este tren.


Estación de Bullas, 1933 (Bullas)


Estación de Bullas, 1946 (Bullas)
Fuente: spanishrailway.com - Foto: Fondo APG

Obviamente hemos de desviarnos siguiendo la señalización colocada en las calles de la localidad, fáciles de seguir, y que hacen que nos movamos hacia la otra parte de la población rodeándola por el Sur, pedaleando, en algunos momentos, utilizando un carril bici para tal propósito.



Finalmente se llega a la cota más alta de toda la Vía Verde (730 m) habiendo superado algunos repechos más muy cerca del cementerio, desde donde, además de unas buenas vistas, disfrutaremos de un corto pero merecido tramo de descenso (acusado hasta el arroyo de los Muleros) para enlazar de nuevo con la ruta original, tras pasar por las ruinas de la casa Madroñal, donde hasta no hace mucho existía una caseta de guarda (ese espacio se ha reconvertido en un área de descanso)


Bullas

El terreno descendente no termina aquí, lo que ayuda un poco más a disfrutar del paraje, en los aledaños de las sierras de Burete y de Quípar, que vamos a atravesar: boscoso, cruzando arroyos (Chaparral y Padre Pecador), el barranco de la Regidora o La Asomadilla y el canal del Taibilla... 




La estructura más importante de esta parte de la ruta se encuentra a la altura del arroyo del Burete, en plena sierra: Un viaducto de 8 arcos (127 m de longitud y 26 de altura), el último de la Vía Verde. Al otro lado, los pinos se empiezan a ser sustituidos por campos de secano y frutales de regadío.


Viaducto de Burete (Cehegín)

Poco queda ya de terreno favorable, que se puede decir que termina en la zona del puente sobre el río Quípar. Una obra, poco antes de la cual se encuentran las ruinas de la ciudad visigoda de Begastri, en el cerro Cabezo de Roenas, donde fue hallada una cruz de bronce (Cruz Monogramática de Begastri) catalogada como de las más antiguas de la península.


Yacimiento de Begastri (Cehegín)

Cruz Monogramática de Begastri

Puente del Quípar (Cehegín)

Y como hiciera el tren al llegar a estas alturas, empezamos a frenar, porque estamos a las puertas de la penúltima estación del recorrido: la de Cehegín.
Todos los edificios anexos están bien conservados y la estación se ha reconvertido en un albergue).


Estación de Cehegín (Cehegín)

Estación de Cehegín (Cehegín)

Nos queda muy poco para terminar la Vía Verde, poco más de 6 km ascendentes en los que vamos a toparnos con las dos últimas intervenciones realizadas para este ferrocarril, antes de llegar a la estación de final de trayecto. En primer lugar un túnel y, nada más salir de él, el puente sobre el río Argos. A nuestra izquierda ya tenemos a la vista las casas de Caravaca de la Cruz.





Puente del río Argos (Cehegín)

Puente del río Argos (Cehegín)

Enfilamos entonces la larga recta que nos lleva, tras un pequeño desvío señalizado, al punto donde se levanta la estación de Caravaca de la Cruz (hoy albergue) que recibió su primer convoy a finales de mayo de 1933 tras un accidentado primer viaje, en el que el tren con las autoridades quedo parado en la vía durante cuatro horas, pasadas las rampas de la estación de Mula (historia).


Estación de Caravaca el día de la inauguración


Estación de Caravaca (Caravaca de la Cruz)

Estación de Caravaca (Caravaca de la Cruz)
Fuente: vialibre-ffe.com - Fotografía: Jaime Hervás

También están de pie algunos de los edificios anexos a la misma, aunque no en tan buen estado de conservación.



Edificio de la rotonda de la estación de Caravaca


Locomotora n.º 7 en la rotonda de la estación de Caravaca
Fuente: vialibre-ffe.com - Fotografía: colección Luciano Vaño

Pie a tierra. La Vía Verde del Noroeste termina aquí, aunque no nuestro viaje. Es muy recomendable estirar las piernas paseando por las calles del centro de la población y, como no, subir al Santuario de la Vera Cruz de Caravaca desde donde hay unas vistas privilegiadas.



Santuario de la Vera Cruz de Caravaca (Caravaca de la Cruz)


Os dejamos el vídeo de la serie de televisión Vive la Vía, donde podrás encontrar más información de este trazado.





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Para descargar el track, este es el enlace